Con los datos de las condiciones del nuevo rescate en la mano y tras las tres semanas de corralito las posibilidades de una quita los depósitos van aumentando según pasan las horas. Aunque aún es pronto para atreverse a valorar esto de manera definitiva, lo cierto es que otra vez nos encontramos ante la posibilidad de ver cómo los depósitos de particulares son alcanzados por las quitas.
Independientemente de la sensación que desde fuera pudo consternar, es muy significativa la sensación interior que el sistema financiero griego manifiesta. Las señales son más que evidentes, se han acelerado los pagos de deudas y, se han movido en este tipo de operaciones cantidades que, curiosamente, han recolocado muchos saldos dentro de los supuestos límites de protección al depósito, y decimos supuestos porque, incluso en algún momento en el caso de Chipre llegaron a plantearse las quitas para depósitos por debajo de los 100.000 €.
La cuestión estriba en si la mezcla de deuda, capital y añadidos vaya a ser lo suficientemente amplia como para cumplir con la obligación señalada, algo que a fecha de hoy genera muchas dudas, y que en caso de no alcanzarse llevaría efectivamente a una acción sobre, recordemos, no sólo los depositantes, sino también sobre inversores y accionistas.
En el proceso, sobre el papel, antes de la llegada del dinero público debe ser las entidades bancarias griegas las que contribuyan con un porcentaje de su pasivo (sobre el 8%) recordemos que realmente son cuatro entidades las que concentran la mayoría de activos. A partir de esta apertura del proceso en primer lugar se alcanzaría a los accionistas, posteriormente a las subordinadas y los convertibles, para alcanzar a la deuda (senior y junior) sería después cuando se alcanzaría la quita a los depósitos que no pertenezcan ni a particulares ni a pequeñas y medianas empresas. Si todo esto no alcanzar el monto exigido la quita alcanzaría ya a los depósitos particulares.
No es en absoluto una situación sencilla, e incluso probablemente más compleja internamente de lo que alcanzamos a entrever, planear las dudas, muy extendidas en los últimos días por todos los medios realizados, sobre el alcance del aumento de la morosidad que las prácticamente tres semanas de corralito ha ocasionado. Esto plantearía más problemas en un escenario ya de por sí complejo ante el agotamiento de la liquidez y el bloqueo a los mercados.
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