Los depósitos estructurados son una alternativa a tener en cuenta. Vamos a conocer un poco más a fondo estos depósitos y cómo funcionan y se contratan.
Los depósitos bancarios no resultan ser un producto que genere excesivos modelos dentro de su categoría. Así como por ejemplo cuando hablamos de productos de inversión como los fondos la cantidad de divisiones en función de las ofertas es verdaderamente grande, ajustando mucho las diferencias podríamos distinguir como máximo tres o cuatro modelos diferenciados de depósitos. Uno de los menos conocidos, y también de los menos comercializados pero no por ello sin interés, es el que representan los depósitos estructurados.
Realmente podríamos definir al depósito estructurado como un producto destinado a un ahorrador que quiere dar un pequeño paso más allá en busca de la rentabilidad pero que no desea exponer en absoluto su inversión, en este sentido es un producto que puede llegar a ofrecer estas características.
Qué es un depósito estructurado
Se trata de un producto que realmente podríamos definir como un dos en uno. Esto se explica de manera simple cuando comprobamos que estos depósitos nos ofrecen una vía doble para la rentabilidad, por un lado una rentabilidad garantizada independientemente de cualquier circunstancia, y, por otro lado una rentabilidad variable que se asocia generalmente a la evolución de un índice, aunque perfectamente puede también hacer lo a la evolución de un valor.
Un ejemplo podría ser perfectamente el de un depósito que nos ofrece una rentabilidad determinada para el conjunto de la inversión, mientras que, en función de la evolución por ejemplo del Ibex nos proporcionará un rendimiento más elevado o no.
Existen diferentes versiones e interpretaciones para este modelo depósito, generalmente vienen a funcionar como hemos indicado, es decir, con una parte de remuneración garantizada y una parte de remuneración dependiente de la evolución de un indicio referencia, sin embargo, también podemos encontrar opciones en las que no existe garantía de remuneración, en estos casos se compensa disminuyendo la exigencia de cumplimiento al valor o referencia y aumentando la rentabilidad en caso de cumplirse lo prefijado.
Generalmente encontraremos casi siempre a un que sea en límites muy bajos la primera de las opciones con remuneración garantizada.
Contratar depósitos estructurados
No es una alternativa muy visible dentro del catálogo de productos financieros esto nos debiera hacer comprender que efectivamente no es una opción que contemplar muchos ahorradores, y tampoco, como veremos después, una opción que interese en exceso a la banca. el motivo fundamental es que en la actualidad con la rentabilidades tan reducidas que los depósitos pueden llegar a ofrecer realmente la propuesta de estos estructurados no resulta excesivamente atractiva si tenemos en cuenta que las partes compuestas de remuneración fija son más bajas que la media de lo que un depósito estándar en la misma duración aportaría, es decir que al final realmente el usuario está jugándose a la evolución de ese valor o referencia todo resultado del producto, algo que tiene mucho más fácil realizar a partir de productos como los fondos de inversión en renta fija asumiendo también menores costes.
Esto no significa que de vez en cuando no sigan apareciendo ofertas interesantes, es sólo cuestión de prestar atención a algunos detalles:
- Contrastar lo que se nos ofrece como remuneración fija con lo que obtendríamos en un depósito estándar al mismo plazo con el mismo dinero
- Contrastar que la exigencia de evolución de la referencia sea realista y posible a partir de las evoluciones de los históricos que aunque no garantiza nada siempre nos dan buenas señales
- Comprobar que la rentabilidad en caso de evolución positiva a nuestro favor de la referencia sea superior a la que obtendríamos de media en un fondo garantizado o un fondo de renta fija
Realmente un depósito estructurado continúa siendo una imposición a plazo fijo a todos los efectos, es decir, pactaremos con entidades un plazo determinado en el que realizaremos una imposición de dinero a partir de las exigencias de mínimos y máximos del producto, del mismo modo, igual que en un depósito al uso, un depósito referenciado garantizará la recuperación del 100% del capital aportado por el ahorrador.
Es en el rendimiento donde vamos a encontrar la mayor de las diferencias entre un depósito referenciado y un depositos bancarios estándar. En los depósitos referenciados, a diferencia de los demás, no va a existir una rentabilidad pactada de antemano, sino que esta rentabilidad se va a vincular de manera expresa a la evolución de un índice, una acción bursátil, un tipo de cambio o un tipo de interés.
Por tanto, mientras que el capital resulta garantizado la rentabilidad va a depender de la citada evolución, y de las condiciones establecidas por el producto en relación a dicha evolución.
Los dos grandes grupos en este aspecto son los siguientes:
Aquellos que ofrecen una remuneración compuesta de la revalorización positiva del indice menos un diferencial establecido de antemano: por ejemplo Euribor a un mes menos 0,30%. En la oferta actual de este tipo de productos los diferenciales a restar se situan entre el 0,25% y el 0,30%.
Aquellos que ofrecen una remuneración fijan en función de que el indice o referencia alcance una cota determinada: por ejemplo un cupón del x% si el Ibex 35 alcanza determinado valor.
El objetivo básico de este tipo de productos es atraer a usuarios que desean buscar, sin abandonar la protección de su capital, la posibilidad de un mayor nivel de rentabilidad que el que los depósitos tradicionales proporcionan, eso sí, asumiendo el riesgo de obtener al final, si no se cumplen las condiciones, menores rentabilidades.
En definitiva una opción a tener en cuenta si se encuentra en esta situación, pero, no olvidemos, una opción que dependiendo de los plazos de la imposición, puede encontrar un enemigo peligroso en otros productos como los propios fondos de inversión garantizados o garantizados vinculados en la misma línea de los depósitos referenciados.
¿Son realmente mejores?
Es una duda que le va a surgir a quién se acerque a estos productos por vez primera desde luego. Va a tener que pelear contra las dudas de abandonar una imposición garantizada para acceder a un resultado incierto de su aportación, aunque, eso si, sin perder lo aportado ya que la garantía de recuperación del capital sigue vigente en estos depósitos.
Respondiendo a la pregunta no podemos evitar ser ambiguos, es decir; estos depósitos son mejores cuando nos proporcionan más rentabilidad que la media pero, lógicamente, no lo son tanto cuando no obtenemos lo que esperamos (o lo que se nos dice que puede alcanzar). En general la mejor recomendación sería acceder a estas propuestas con un perfil bajo de expectativa, esto no es dificil cuando la rentabilidad de los depósitos se acerca peligrosamente al 0% en algunos plazos…¿a corto plazo?, ¿a largo plazo? tal y como están las cosas no parece muy interesante moverse en el largo plazo en los depósitos aunque sean referenciados aunque ya sabe…a mayor improbabilidad mayor beneficio.