Según un estudio publicado por el Instituto Económico y Social Censis, más de medio millón de familias italianas tendrán problemas para afrontar su hipoteca debido al aumento de los tipos de interés.
Estos resultados tienen una rápida lectura y no se necesita ser un egresado de Harvard para prever un 2008 con muchas complicaciones.
Si bien las consecuencias de la crisis hipotecaria que se desató en los Estados Unidos, tiene sus resultados inmediatos en el resto del mundo, esto deja a las claras, que el sistema globalizador produce una dependencia, que en ciertos casos, juega en contra de si mismo.
Las redes tejidas por la crisis de las hipotecas, esta teniendo un efecto domino que parece no encontrar una pared que lo detenga.
Hoy, donde por un estornudo, se resfrían todos, las posibilidades de contener una caída en tobogán, parecen depender de la contención y la solvencia del sistema financiero de cada país.
Y no debe escaparse la situación que en estos días, atraviesa Italia. Datos de este estudio muestran a las claras la delicada tendencia que viviremos en los próximos meses, y la vertiginosa dependencia de los sistemas financieros internacionales.
En Italia, casi dos millones y medio de familias tienen a su cargo una hipoteca y «no poseen suficientes ingresos«, de las cuales 420.000 atravesarán «dificultades«, mientras que otras 110.000 podrán tener «graves problemas de insolvencia”.
¿Este no es un síntoma de que en situaciones especiales, el primer mundo no difiere en mucho de los problemas que aquejan a los países subdesarrollados?
Es cierto que en Europa la calidad de vida, es ampliamente superior a la de los países, por ejemplo de Latinoamérica, pero queda en evidencia, que las estructuras económicas, dependen tanto una de otra, que las consecuencias parecen ser inevitables.
Pareces querer decir que la posibilidad de impagos de los italianos es consecuencia de la crisis norteamericana.
Yo diría que en absoluto; será consecuencia de haberse endeudado al límite, y haberse superado éste por la subida de los tipos de interés. Igual, precisamente, que lo ocurrido en EE.UU., con el agravante de que la calidad de préstamos allí parece ser menor.
De todos modos, y aun pasándome un poco, hasta el tercer mundo hay aún distancia; en el primer mundo, al menos, la gente tiene una casa con la que responder del préstamo.