Una de las opciones para ahorrar dinero en vivienda es compartir alquiler. Esta opción, lejos de ser sólo para jóvenes y estudiantes, se ha abierto camino en los últimos años como una alternativa a tener en cuenta de manera creciente.
Sin embargo, desde el punto de vista financiero, lo importante de compartir alquiler es el ahorro que vas a obtener en tu gasto de vivienda por hipotecas o alquileres, por tanto, antes de tomar esta decisión hay que analizar a fondo diversas cuestiones en relación al gasto que supone la vivienda de manera independiente y la vivienda que vamos a compartir.
Compartir alquiler
La opción de buscar independencia a partir de determinadas edades es, obviamente, no común y extendida. Esta independencia, que se basa en lo económico generalmente, lleva acompañada la necesidad de prolongarse a la vivienda, es decir vivir de manera independiente. Hoy en día, tanto el coste de la vida como el coste de la vivienda por extensión, hace que muchas personas tengan que buscar fórmulas diversas a la hora de plantearse dónde vivir. Si estas fórmulas, además, nos permiten ahorrar respecto a otras, deberían ser tenidas en cuenta sobre todo para aquellas economías personales más débiles.
Compartir una vivienda entre varias personas puede ser una de estas opciones que nos permita ahorrar respecto a vivir solos. Sin embargo, también puede acabar siendo una experiencia compleja ya que la convivencia no siempre es sencilla, menos si se trata de compañeros de vivienda desconocidos.
Por tanto hay una serie de claves que debes tener en cuenta si te estás planteando compartir piso. Estas claves van a determinar más o menos el ahorro que vas a obtener y la diferencia que suponen, en dinero, vivir solo o compartir. Con esta diferencia en la mano podrás tomar decisiones más adecuadas sin duda.
Dónde está la vivienda
El lugar donde vives, habitualmente, va a marcar mucho el precio del coste de la vivienda en la que resides. Por ejemplo, si la zona en la que vives te permite alquilar una vivienda a un precio razonable, tal vez el ahorro que supone ir a otra zona de mayor valor no merezca la pena. Por tanto, esto es lo primero que debes valorar, el ámbito geográfico en el que vas a residir y los costes medios que la vivienda presenta.
En este punto es donde podría entrar en el debate en el que se discute sobre cuál es el límite asumible para nuestro gasto de vivienda. No hay una fórmula exacta ya que la economía personal de cada individuo es muy variable, pero, nunca en ningún caso nuestro gasto de vivienda (excluidos gastos corrientes) debería superar un 40% de nuestros ingresos, siendo el límite recomendable máximo un 30% de dichos ingresos.
Si no puedes comprar o alquilar una vivienda que te suponga ese porcentaje y estás dispuesto a compartir, probablemente puedas rebajar el coste de vivienda para tu bolsillo en más de un 10% o un 15%.
Cuánto gastas en facturas y cuánto gastarías
Además del ahorro directo que puede suponer en el coste de vivienda, el hecho de compartir un piso supone otro ahorro inmediato ya que los gastos directos de servicios y suministros se reparten de manera proporcional.
Si compartes una vivienda entre dos personas repartes, teóricamente, al 50% no sólo el gasto de alquiler de dicha vivienda, también las facturas y los servicios corrientes. La gran ventaja es que los costes de los servicios básicos no aumentan excesivamente por el uso de una o dos personas, no al menos de manera proporcional, pero si dividimos el gasto de manera proporcional. Este impacto es interesante para el bolsillo.
Por supuesto se pueden dar otros escenarios no positivos, es decir, que la persona con la que compartimos vivienda no sea especialmente cuidadosa con los gastos de los servicios básicos, pero aún así el coste se dividirá en dos partes y probablemente siga siendo menor que si nos olvidamos solos.