Para entender cómo se comportan los costos variables en la economía de una empresa, es necesario en primer lugar entender qué son y qué representan estos costes. Y la primera cosa que se debe saber es que, a diferencia de los fijos, los costes variables evolucionan y se modifican en función de diferentes parámetros.
El comportamiento de los costes en una empresa se analiza en función de si permanecen estables o si evolucionan. Conocer el impacto de los costes sobre la economía de la empresa es vital cara a las previsiones económicas. Sin embargo, si bien los costes fijos son relativamente fáciles de controlar, los variables no lo son tanto.
Esto hace que los costes variables sean realmente importantes y necesarios a la hora de valorar la economía de la empresa. También, son vitales cuando se trata de pronosticar el éxito o fracaso de un producto o de una estrategia empresarial.
Costos fijos y costos variables
Una cuestión importante es que no para todas las empresas se analiza del mismo modo qué es un coste fijo o qué es un coste variable. De hecho, estos análisis van a depender de factores diferentes en los que, por ejemplo, se pueden introducir incluso los gastos pasivos de la empresa.
Sin embargo, sí podemos determinar dos definiciones más o menos generales:
Costes fijos
Son los que se mantienen iguales independientemente de la producción o del número de productos fabricados o vendidos. Esto es especialmente importante en la determinación del margen de beneficio de un producto.
Aunque el coste fijo sea el mismo, el coste por unidad puede modificarse. Un ejemplo habitual es la degradación de valor de una maquinaria: da igual el número de unidades que la máquina produzca ya que su devaluación tendrá que ver con los años de uso.
Costes variables
Los costes variables, por su parte, son los que van a evolucionar cada vez que se produce o se vende una unidad adicional.
Aquí es importante entender que el coste por unidad va a permanecer estable, pero, si se fabrican más o menos piezas más o menos será el coste total.
Por ejemplo, los materiales directos que se utilizan en la fabricación de un producto influyen de manera directa en el precio del mismo. A mayor cantidad de materiales empleados (para producir más piezas) aumenta el coste de gasto en materiales.
Eventualmente, en la representación gráfica de estos gastos, el coste fijo se representa como una línea horizontal mientras que el variable se presenta como pendiente ascendente.
Cómo se representa el comportamiento de los costes
El comportamiento de los costes fijos o variables se suele representar superpuesto a los niveles operativos.
Esto se hace por motivos diferentes incluyendo elementos no previstos en el análisis previo. Por ejemplo, imaginemos que es necesario que los trabajadores realicen un número determinado de horas extraordinarias o que sea necesario contratar más mano de obra para un periodo de tiempo determinado. En este caso es necesario superponer los niveles operativos a los costes fijos o variables.
En general se considera que cuando estamos entendiendo que la empresa opera dentro de su rango de acción habitual. Esto significa que no incurriría en gastos adicionales.
Sin embargo, los gastos mixtos combinarán los costes fijos y los variables. Esto es más frecuente de lo que parece. Por ejemplo, imaginemos que una compañía tiene un coste fijo por las 1000 primeras unidades de un componente para su producto, pero, a partir de la unidad 1001 obtiene un descuento variable que va evolucionando según el número de unidades solicitadas.
El comportamiento de los costes
Aunque, como hemos visto, no se puede aplicar una única fórmula al comportamiento de un coste, si existen algunos comportamientos que se pueden entender con carácter general.
Por tanto, aunque el coste por unidad permanece estable, en los costes variables cuantas más unidades se produzcan o vendan mayor será el coste total. En este sentido el material que empleamos en el producto supone un coste variable.
El coste por unidad se considera que permanece constante e independiente a los cambios de proporcionalidad. Pero, eso sí, si el coste variable unitario aumenta también aumenta el punto de equilibrio.
Por último, el coste variable total en la producción sería lo que equivale a cuánto cuesta producir una única unidad o servicio. Este es un dato importante que se obtiene multiplicando el coste de la producción de una unidad o servicio por el volumen vendido.
El coste variable lo obtendremos cuando se multiplican los gastos de fabricación o producción de una unidad del producto frente a la cantidad de productos creados.
