Con el cambio de año todos establecemos una serie de buenas intenciones financieras. Dentro de estas intenciones puede destacar, sin duda, la necesidad de valorar si podemos mejorar o no nuestra hipoteca, y una de las opciones es la subrogación.
Lo primero que tenemos que señalar es que la subrogación se ha convertido en una operación mucho más interesante que hace tan sólo unos años. El cambio de la nueva ley hipotecaria ha mejorado de manera sustancial las condiciones al modificar la adjudicación de comisiones en mayor medida a las entidades financieras.
Por otro lado, en un entorno en el que, aunque repunta la contratación de préstamos hipotecarios, sigue lejos de niveles previos a la pandemia, para las entidades financieras es interesante aplicar la subrogación por lo que se esfuerzan incluso en mejorar aún más las condiciones.
¿Cuándo puede ser interesante subrogar tu hipoteca en 2022?
Subrogar tu hipoteca es una opción a tener en cuenta para mejorar sus condiciones, por lo que lo primero será que revises bien dichas condiciones.
Fundamentalmente deberías fijarte en el tipo de interés que estás pagando y los tipos de interés medios que se aplican en la actualidad. Cuando la diferencia es mínima la subrogación puede no merecer la pena, si la diferencia es elevada, de hecho, deberías plantearte mejorar las condiciones del préstamo.
Otros factores importantes son la aplicación de comisiones y la vinculación. La mezcla de comisiones elevadas y exceso de vinculación puede hacer que un producto, aunque tenga un tipo de interés competitivo, se encarezca de manera notable. Así que, este es otro elemento a revisar.
Novación o subrogación
Antes de la reforma de la ley hipotecaria te hubiéramos dicho sin ninguna duda que siempre que puedas realizar una novación sería más interesante que una subrogación ya que las posibilidades de negociar y reducir gastos eran superiores. Hoy en día esto no está tan claro.
Hay que tener en cuenta que hay entidades financieras que asumen todos los gastos en una subrogación, y esto implica incluso llegar a asumir los gastos que corresponden al hipotecado, por ejemplo, el de cancelación de primera hipoteca. Es cierto que no ocurre en todas las entidades, pero si hay oferta de mercado en este sentido.
La novación lo que nos proporciona es la tranquilidad de una negociación menos apresurada, y no tener que realizar tantas operaciones ya que, nuestro propio banco gestiona todo el proceso íntegro.
Sin embargo, también aquí han mejorado las condiciones de una subrogación ya que, al ser un producto apetecible para los bancos, cada vez nos ofrecen más facilidades. Por ejemplo, no es extraño que podamos contratar una subrogación de manera completamente remota a través de Internet y acudiendo tan sólo a la notaría para realizar la firma final.
En definitiva, en un entorno de inflación e intereses muy bajos, hay que valorar si efectivamente una amortización o una subrogación pueden ser elementos potentes para nuestra economía. En cualquier caso, siempre que el cambio suponga una mejora ostensible y no se pueda equiparar a lo que nos ofrece la entidad donde está alojado el préstamo, la subrogación debe contemplarse como una opción.