Si eres un ahorrador a utilizar los depósitos a plazo fijo como herramienta de ahorro, ya habrás comprobado que en los últimos años este tipo de productos ha perdido de manera paulatina la rentabilidad hasta convertirse en una herramienta que apenas produce rendimiento.
Sin embargo, si sigue tratando de un producto que se utiliza de manera masiva. Esto tiene que ver con su carácter de producto garantizado y cubierto por los fondos de garantía. Sin embargo, en un periodo de inflación disparada como el actual, por encima del 5%, conviene que tengas en cuenta algunos aspectos con los que explicar por qué tu depósito no es rentable (y no se espera que lo sea).
¿Qué ha pasado con los depósitos?
A pesar de algunos intentos en el pasado reciente de volver a mejorar la proyección de las imposiciones a plazo fijo, a través del concepto de super depósito que se mantuvo activo hasta finales de la primera década del siglo, lo cierto es que, desde los primeros movimientos relacionados con recortar la rentabilidad a los depósitos emprendidos a comienzos de 2010 por el gobierno, han pasado 11 años en los que la rentabilidad de estos productos no ha dejado de disminuir.
Cometeremos un error si pensamos que esto ocurre solamente en el ámbito de nuestro país. De hecho, en otros entornos como los países nórdicos, nos llevan delantera en la penalización al ahorro en imposiciones fijas, con algunos ejemplos recientes como la penalización por depósito de algún banco danés. Es decir, ya no sólo no ofrecen rentabilidad, sino que la custodia del dinero supone para entidad un gasto y nos lo trasladan como clientes.
La tormenta perfecta alrededor de los depósitos ha tenido varios elementos como desencadenantes.
Sin duda la bajada de valor del precio del dinero es uno de ellos. A lo largo de los últimos 10 años dos tipos de interés no han dejado de disminuir, y los índices de referencia son una buena muestra de ello encontrándose en negativo desde hace ya años, como por ejemplo es el caso de Euríbor.
Otro factor relevante es la aparición de nuevos modelos de inversión y ahorro que han venido a modificar el concepto de garantizado. Hoy en día, para toda una nueva generación de ahorradores, lo garantizado no resulta atractivo porque no es rentable, pero otros productos con menor nivel de riesgo/rentabilidad que la media de mercado están calando a fondo. Un buen ejemplo lo tenemos en los productos de gestión pasiva, como los fondos indexados.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que las propias entidades financieras han dejado de lado la comercialización de este tipo de productos. Hoy en día, en el mejor de los casos, podemos encontrar algunas propuestas de depósitos por Internet con rentabilidades muy bajas cuando no directamente del 0%.
¿No hay depósitos rentables?
Para acceder a imposiciones a plazo fijo con ciertos niveles de rentabilidad debemos salir de nuestro mercado inmediato, y, también, prácticamente del mercado UE.
Si es posible encontrar algunos depósitos extranjeros con ciertas rentabilidades años luz de las grandes rentabilidades de principio de siglo, pero que pueden ser atractivos. Sin embargo, su contratación no es tan simple y sencilla como lo será un producto comercializado en nuestro mercado.
En este sentido plataformas como Raisin pueden ayudar al usuario acercarse este tipo de inversiones con mayores niveles de garantía y seguridad.