Hipotecas en yenes, una opción de ahorro

Una hipoteca en otra divisa es prácticamente igual que una hipoteca clásica con la única diferencia de que se realiza en una moneda de otro país, es decir, no en euros. Su principal ventaja radica en el ahorro que puede lograr el hipotecado gracias a los tipos de interés más bajos de la otra divisa. Sin embargo, entrañan una serie de riesgos, ya que si la cotización de la moneda de referencia cambia lo que en un momento dado eran ganancias por una cuota mensual muy baja puede traducirse en una subida espectacular de a misma. En este sentido, estos productos pueden compararse a la inversión en Bolsa. De hecho, quienes las contratan ‘juegan’ a que la moneda se mantendrá por debajo del euro y por lo tanto dependen de la evolución de los tipos de cambio.

Una hipoteca contratada con una divisa del euro depende principalmente del tipo de cambio entre las monedas. Es una hipoteca variable en toda regla pero en vez de reverenciarse al Euribor lo hace al Libor a tres meses. Así, si por ejemplo se puede pedir una hipoteca en yenes por valor de 100.000 euros que con la cotización actual (un euro son 156 yenes) supondría una deuda de 15.697.366 yenes. Si en el futuro se producen cambios y el euro pierde valor hasta que su cambie se sitúe en los 150 yenes la deuda continuaría siendo de 15.697.366 yenes, pero el importe en euros habría ascendido a 104.649 euros.

El yen es uno de los clásicos dentro de este tipo de hipotecas junto con el franco suizo. Su principal ventaja es que los tipos de interés de Japón son unos de los más bajos, lo que implica grandes ahorros con respecto a una hipoteca clásica en euros y a otras multidivisas (el préstamo se estructura en varias divisas). De hecho, es uno de los productos más seguros en el largo plazo hasta el punto que muchas veces no será necesario ni siquiera cambiar las condiciones durante toda su vida.

Sin embargo, una hipoteca multidivisa, pese a que puede resultar más costosa mes a mes, también ofrece mayor margen de maniobra empezando por la posibilidad de cambiar de moneda durante los periodos de revisión establecidos.

El mayor inconveniente general de contratar una hipoteca en otra divisa es que el tiempo que hay que dedicar a vigilar la marcha de los mercados y que en muchas ocasiones este tipo de productos incluyen cláusulas por las que no es posible financiar más allá del 70% del valor de tasación de la casa (10 puntos menos que las hipotecas en euros). Antes de plantearse la contratación de una hipoteca en otra divisa es necesario estudiar detenidamente cuál será la evolución de la moneda elegida a largo plazo para evitar futuros disgustos, aunque este es un consejo válido para cualquier tipo de inversión.

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