Hay muchas maneras de entender la contabilidad para una empresa. Dentro de todas estas maneras de entender la contabilidad, encontramos un paralelismo muy interesante entre la actitud que se le supone a un Ninja y una actividad contable verdaderamente eficaz en la empresa. Veamos por qué.
El Ninja siempre valora su misión
La contabilidad es vista en muchas ocasiones como una obligación, como un elemento que ha de sacarse adelante más por responsabilidad legal que por necesidad real. Esto a todas luces es un error garrafal, una contabilidad bien valorada y bien gestionada es un pilar sólido del funcionamiento una empresa. Por eso una buena contabilidad siempre se realizará desde la responsabilidad de valorar la importancia que tiene dentro del conjunto de la propia empresa.
El Ninja analiza los primeros pasos tanto como los últimos
Cuando vamos a abordar la manera de enfocar una contabilidad eficaz, es absolutamente necesario partir de un punto inicial realista, de un balance profundo. Esto suele ser fuente de error ya que no solemos acudir a este tipo de ejercicios, y confiamos más en el desarrollo diario, olvidando que un buen análisis profundo de todos los bienes y derechos, patrimonio, que sepa además separar correctamente lo profesional de lo personal, es simplemente básico como punto de partida.
A partir de aquí, la contabilidad Ninja debe ser también capaz de identificar al máximo todas las actividades de la empresa con impacto directo, o incluso indirecto sobre la contabilidad. Por supuesto incluimos las compras, los pagos, las amortizaciones, los ingresos, en definitiva todo lo que tiene que ver con movimientos contables, que se aplican sobre lo anterior, engrasando el balance con la realidad cotidiana de la empresa.
El Ninja se mueve rápido y sin ser advertido
La contabilidad es lo suficientemente importante dentro de una empresa como para no tener que preocupar al conjunto de los trabajadores. Esto no siempre se cumplen, y es que, una buena contabilidad del mismo modo que tiene que ser capaz de diseñar y aplicar los procedimientos a seguir, tanto desde el punto de vista del contable como de la propia empresa, tiene que ser capaz de mantener una discreción absoluta sobre el control y la evolución de los procesos citados.
El Ninja es fiel a la misión encomendada
En la organización de la contabilidad nos encontramos con, realmente, un modelo de clasificación e identificación de bienes, obligaciones y actividades de un negocio. Podríamos pensar que tras todas estas identificaciones y clasificaciones, el proceso caminará solo y la implicación contable será menor, y este es otro gran error. Los procesos son cambiantes, las empresas no son rígidas ni monolíticas y sus variables hacen que la contabilidad deba mantenerse en alerta constante hacia su función, es decir, el buen funcionamiento contable de la empresa.