Un depósito estructurado es un producto financiero que consiste en depositar una cierta cantidad de dinero en una entidad bancaria durante un tiempo estipulado, esperando una rentabilidad una vez transcurrido ese tiempo. Dicho así, puede parecer un depósito a plazo fijo pero sus características particulares hacen ver que no.
Los depositos estructurados conllevan un riesgo elevado sobre la rentabilidad ya que esta rentabilidad está ligada siempre a valores variables, que pueden ser:
- Valores bursátiles
- Materias primas
- Divisa
Aunque no garantizan un rentabilidad al vencimiento, garantizan la recuperación del capital invertido.
En este artículo encontraras algunos de los mejores depósitos a largo plazo del mercado
Se dividen en dos categorías:
Depósitos referenciados a un índice o indexados
Se trata de depositos bancarios estrucuturados cuya rentabilidad es 100% variable. Este producto financiero liga completamente la rentabilidad del depósito a la remuneración que ofrece la evolución del índice o cesta de valores que se ha tomado como referencia. En este caso, la inversión es aún más arriesgada.
Depósitos estructurados mixtos
Se trata del producto más usual.
Este tipo de productos ofrecen altas rentabilidades fijas durante un tiempo determinado que suele ser la menor parte del tiempo acordado, estos plazos suelen ser de 3 meses, 6 meses, 9 meses o 12 meses. El resto de la rentabilidad, que está ligada a la mayor parte del plazo del depósitos, viene determinada por la rentabilidad de alguno de los mercados variables nombrado anteriormente.
Características particulares
Los depósitos estructurados suelen resultar demasiado arriesgados por lo general para el ahorrador particular, ya que su rentabilidad puede llegar a cero. Hay que tener en cuenta que para que los depósitos estructurados ofrezcan rentabilidades interesantes, el mercado de valores debe subir en el periodo de vida del depósito.
Es importante aclarar que estos depósitos, en realidad son dos imposiciones en un solo producto, que por supuesto no pueden contratarse por separado por lo que la porción variable no permite cancelar anticipadamente, y la entidad financiera exige dividir la inversión en porcentajes que se establecen de antemano.
Es realmente importante no dejarse llevar por el gancho que suponen las altas rentabilidades iniciales y conocer las demás condiciones y cómo funcionan realmente estos productos, ya que lo que realmente va a determinar la rentabilidad total del depósito es la evolución del mercado al que esté ligado.
Por esta razón es también muy importante estar atento a lo que haya ocurrido en bolsa anteriormente y a las previsiones de futuro.
Descubre aquí cómo acertar al contratar un depósito
Los depósitos combinados
Otra opción diferente es la que ofrecen los depósitos combinados. Sin embargo, en este caso, tenemos que guardar aún más precaución ya que las condiciones de estos productos no siempre pueden ser las idóneas para un ahorrador tradicional.
El principal gancho que utilizan este tipo de depósitos es una opción de rentabilidad muy superior a la media en la que, la parte fija del depósito incluso puede duplicar o triplicar las rentabilidades medias de cualquier imposición a plazo, mientras que la parte variable aspira a rentabilidades superiores.
Los depósitos combinados, a diferencia de los estructurados o indexados a un índice de manera exclusiva, proponen que una parte del depósito se comporte como un plazo fijo tradicional, es decir, durante un periodo de tiempo con una rentabilidad garantizada, mientras que la otra parte se destina a inversión en fondos.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que los fondos de inversión a los que se destina la parte proporcional en estos depósitos no son cualquiera, es decir, se nos va a ofrecer un límite de fondos que además, por norma general son gestionados por la misma entidad que comercializa el depósito. Es decir, se trata de un modelo de inversión limitado sin acceso a toda la cartera de fondos existente, y en muchos casos sin acceso a toda la cartera de fondos de la propia entidad.
Por otro lado, a pesar de una revisión a la baja en los dos últimos años en lo que comisiones se refiere, estos productos siguen presentando comisiones elevadas, por ejemplo comisiones de gestión que pueden rondar el 0,5% y en algunos casos alcanza el 1%. Las comisiones van a depender en este caso del nivel de riesgo de los fondos. Como resulta obvio una parte importante de la rentabilidad de estos productos tiene que ver tanto con el cobro de comisiones como con el riesgo que se asume.
La otra clave es que la rentabilidad de la parte invertida en fondos puede no sólo no ser positiva sino llegar a ser negativa, es decir, se puede llegar a perder dinero en esta parte. Esta pérdida no aceptaría jamás a la zona combinada en forma de plazo fijo, pero obviamente puede afectar al resto de la inversión.
Por último también es importante tener en cuenta que la cancelación anticipada va a suponer unos costes muy elevados que también pueden llegar a afectar al principal en la parte destinada a fondos de inversión. Se trata de un modelo de ahorro no excesivamente complejo pero que sí requiere una información exhaustiva para que sepamos en todo momento lo que estamos contratando. Obviamente, la posibilidad de acudir a fondos de inversión propone un umbral de rentabilidad superior si la evolución de estos es positiva, con lo cual puede llegar a ser un producto interesante, sin embargo, para quien no desea asumir ningún riesgo no se trata de una buena opción.
Cuidado con los productos complejos
Desafortunadamente en los últimos años hemos tenido acceso a información sobre muchos casos de mala praxis profesional en la que se han comercializado productos complejos como si fueran depósitos.
Esto ha ocurrido con diferentes tipos de productos o herramientas como los ETFs o incluso las acciones preferentes. Hay dos niveles de mala praxis, por un lado quien no explica bien los términos de contratación de los productos asociándolos a los plazos fijos “como si fuera un depósito” y por otro lado tienes directamente comercializaron de manera fraudulenta estos productos ofreciéndolos como si se contrata la realmente un depósito.
Si lo que deseamos contratar es un plazo fijo debemos huir de cualquier opción que se nos presente “cómo si fuera un depósito”. Los plazos fijos no tienen ningún secreto se acuerda un vencimiento, se acuerda una rentabilidad a dicho vencimiento, y se acuerdan unas condiciones de contrato en función de las comisiones que nos puedan cobrar y las condiciones de penalización por rescate anticipado, poco más debe intervenir dentro de un contrato de depósito.
Si se nos ofrece algo que no entendemos, que nos parece complejo o que no nos suena bien lo racional es no contratarlo a la primera y obtener mayor nivel de información, si no estamos de acuerdo con la información que la entidad comercializadora nos ofrece acudir a la asesoría privada no sólo es interesante sino muy recomendable.
Good to know! no parecen tan arriesgadas, las ganancias potenciales son muy grandes y están exentos de perdidas. Un depósito a plazo fijo por lo general no da una rentabilidad superior al 2%.