¿Depósitos o pagarés?

Las restricciones que ha implementado el Gobierno a la banca a la hora de plagar tipos de interés elevado por sus depósitos y cuentas remuneradas ha llevado a muchos a buscar alternativas para captar pasivo. El mercado minorista, continúa como uno de los favoritos para bancos y cajas a la hora de buscar dinero fresco, y siempre encuentra alternativas.

Dos años atrás, los instrumentos elegidos por la banca para seducir a clientes fueron las participaciones preferentes, y a pesar de los riesgos que conllevaban, muchos cayeros en las redes del marketing y las promesas de rentabilidades superiores a las ofertas más conservadoras que tenían los depósitos por aquellos días.

Sin embargo, el hombre sigue tropezado con la misma piedra y seguramente caerá en las redes nuevamente, ya que han salido al mercado nuevas propuestas para escapar a la tasa que aplica a los superdepósitos, entre ellas, los pagarés.

En las últimas semanas, como por arte de magia, los bancos más importantes inundaron la prensa con información de sus pagarés y las promesas de tipos de interés que llegan al 4%, compitiendo con los depósitos más seductores. Pero este bombardeo le ha sido fiel a la banca y no a los clientes ¿por qué?

Algunas cosas son tan evidente que uno cree que no hace falta decirlo, pero visto lo que sucede vamos a explayarnos un poco. Pagan hasta un 4% a 12 meses!!!! Grandes tipos para estos días porque superan el umbral de rentabilidad que impone el Banco de España. Señores error, estamos cayendo en las trampas de la prensa propagandista, este es un problema entre la banca y el Gobierno, y nos quieren poner como rehenes. ¿no comprenden? Veamos que sucede.

En primer lugar, la tasa que restringe las altas remuneraciones se la cobra el Banco de España a cada entidad, no a nosotros. si bien la banca suele trasladarlo a los usuarios rebajando los tipos de interés, no nos debe poner locos y pensar que no encontraremos depósitos rentables. Para evitar pagar, y disminuir el riesgo, la banca se las ha ingeniado para trasladarnos el miedo y ofrecernos pagarés, que no son lo mismo que los depósitos porque la rentabilidad no está asegurada  y ese dinero no está protegido por el FGD. Por lo tanto nos ofrecen una promesa, se evitan de aportar más, y existe la posibilidad de no remunerar, con otra desventaja para los clientes, no se pueden amortizar anticipadamente.

Los pagarés están de moda porque si bien las remuneraciones son competitivas frente a la media de los depósitos, lo cierto es que existen mejores imposiciones a plazo fijo, con menor riesgo y sin necesidad de vincularnos con el banco.

Muchos dirán que los pagarés están en la misma línea en cuanto a las opciones que los depósitos estructurados, sin embargo, hoy tenemos en el mercado depósitos simples, sin vinculación que pagan igual TAE, o mejor todavía, sólo es cuestión de buscar.

Los pagarés de Santander, BBVA, Bankia, Banesto o Liberbank si ofrecen mejores tipos de interés que sus depósitos (ver comparativa de pagarés), pero la competencia tiene depósitos más rentables, Algunos de los casos más representativos son los de Banco Popular, Oficinadirecta, BES, Activobank, entre otros tienen depósitos al 4% TAE y a 12 meses, sin la necesidad de fidelizarnos (ver comparativa de depósitos) y a largo plazo que superan esos porcentuales.

La estrategia de los bancos que tienen estos pagarés es la de no ofrecer depósitos con rentabilidad superior, porque sino nadie los contrataría, todos se inclinarían por los IPF y no por los pagarés.

Además, un pagaré no es para cualquiera, los importes mínimos suelen ser superiores a los depósitos (suelen comenzar desde 6.000 euros) y el tipo de interés más jugoso se aplica a los tipos más altos y los plazos más largo, sin la posibilidad de amortizar por anticipado.

Por lo tanto, siempre aconsejaremos depósitos, menor riesgo, liquidez en muchos casos, importes accesibles y rentabilidad asegurada, tema para nada menor por estos días, donde lo que se le está exigiendo a las entidades es que sean solventes, y que presenten balances fuertes, y no tantos espejitos de colores.

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